Mons. Barreto reafirmó compromiso pastoral a favor de los más pobres

“Esta distinción nos compromete, como Iglesia, a seguir siendo fieles al mandato de Cristo, que no vino a ser servido sino a servir”, dijo monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, arzobispo de Huancayo, al recibir la condecoración del Consejo de la Orden Premio Unión Nacional del Instituto Nacional de Desarrollo y Acción Social Perú (INDAS PERU).

La ceremonia se llevó a cabo el 31 de agosto pasado, en la basílica de San Francisco de Lima, después de una solemne misa que concelebró con sacerdotes de Huancayo, en la que también se distinguió a más de veinte personalidades del país y el extranjero.

El presidente del INDAS PERÚ y canciller del Premio Unión Nacional, Dr. Alvaro Ulloa Gonzales, destacó  las cualidades éticas y morales de monseñor Pedro Barreto, a quien calificó de líder social en el país; dijo de él que era un Pastor ejemplo para su grey, paradigma de servicio y amor, una vida entregada a trabajar a favor de los más pobres, los desposeídos que sufren las consecuencias de la injusticia y de la contaminación ambiental. “Usted nos enseña a servir en medio de las dificultades, tal como lo hace con su pueblo, sembrando esperanza”, afirmó.

 Monseñor Barreto agradeció esta distinción diciendo: “Para nosotros, los creyentes, la opción preferencial por los pobres y excluidos está implícita en la fe cristológica y nos impulsa a luchar contra la pobreza, que indigna y ofende a Dios. Por eso nos esforzamos en promover un desarrollo humano integral de la persona y de todas las personas porque el desarrollo o es de todos o no es de nadie”.

Recordó las palabras del Beato Juan Pablo II: “Si no hay esperanza para los pobres no la habrá para nadie, ni siquiera para aquellos llamados ricos”.

Enfatizó que Dios nos convoca a todos, desde el servicio específico que realizamos, a construir un Perú más justo, solidario y pacífico. Es decir que la persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, sea el fundamento y fin supremo de toda actividad humana. Donde la vida sea respetada, desde su concepción y se fortalezca la armonía con la naturaleza, nuestra “casa común”, como nos dio ejemplo San Francisco de Asís.

Monseñor Barreto manifestó que comparte esta distinción con sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos del campo y la ciudad de la Arquidiócesis de Huancayo con quienes está construyendo una Iglesia de comunión y participación, en la que todos se sienten hijos de  un mismo Padre, hermanos y solidarios que buscan el bien común.

“Son ellos los verdaderos artífices de la búsqueda constante e imperiosa del bien común que enaltece, guía y hace perenne el ejemplo de Jesús, el Buen Pastor, que dio su vida por sus ovejas. Es él quien anima y fortalece nuestro ser e impulsa nuestro actuar evangelizador. Es a Jesús, el Hijo de Dios, por tanto, la gloria y alabanza”, señaló.

La ceremonia de premiación fue imponente, con la asistencia de distinguidas personalidades del Gobierno, de las Fuerzas Armadas, Aviación, Ejército, Policía Nacional, representantes de organizaciones sociales y de base, delegaciones del Arzobispado de Huancayo y de la Iglesia en Lima, bandas de música del Ejército y Policía Nacional, coro de voces que acompañaron las oraciones de gratitud al Dios de la Vida y de solicitud de nuevas gracias para quienes luchan contra la pobreza en el Perú.

Huancayo también se tiente agradecido por este reconocimiento a la Iglesia y a su Pastor. Es un orgullo, dicen las autoridades y el pueblo. Una condecoración a la que se suman todos, porque todos somos Iglesia.

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