* Exhorta al Estado y a la empresa a un diálogo para un reasentamiento con inclusión

Ante el inicio de las operaciones mineras en Toromocho, la Iglesia Arquidiocesana en Huancayo expresa su preocupación por la situación de la población  aún no reasentada de Morococha.

Mediante un comunicado dirigido al Presidente de la República, congresistas de Junín, Presidencia del Consejo de Ministros, ministros de Energía y Minas, del Ambiente, de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, presidente del Gobierno Regional de Junín y opinión pública, el arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, manifiesta que la Iglesia comparte la angustia por la situación social de vulnerabilidad, conflictiva e incierta que aún viven numerosas familias de la población de Morococha.

Por este motivo, exhorta al Estado y a la Empresa Minera Chinalco, a un diálogo urgente con la población para que dicho reasentamiento se realice con una auténtica inclusión social y con el respeto irrestricto de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Aquí recuerda el Art. 1º de la Constitución Política del Perú, que establece que el fin supremo de la sociedad y del Estado es el respeto de la Persona y su dignidad.

Monseñor Barreto considera que la propuesta del Convenio Marco Unificado (CMU) es una oportunidad para construir una nueva ciudad con una sociedad que priorice el desarrollo humano integral y sostenible, social, económico, laboral, productivo y ambiental. Por ello, igualmente, exhorta a que se suscriba, lo más pronto posible, dicho convenio entre la población morocochana y la Empresa Chinalco, para asegurar la ansiada paz social.

En el comunicado se recuerda que desde el inicio de la Mesa de Diálogo para el reasentamiento Poblacional de Morococha (agosto de 2009), la Iglesia ha acompañado este proceso, como facilitadora, en la persona del Arzobispo de Huancayo. Durante este largo diálogo se han dado luces y sombras, avances y retrocesos por buscar juntos la verdad, la justicia, el bienestar y el bien común de las personas.

Finalmente, en las palabras del papa Francisco afirma que: “¡El dinero debe servir y no gobernar!. El Papa ama a todos, ricos y pobres; pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos y promoverlos” (Discurso del 16 de mayo de 2013 a los nuevos Embajadores en la Santa Sede).

En la proximidad de la fiesta del nacimiento de Jesús, La Iglesia expresa su esperanza para que el Perú sea testigo de una armónica relación entre el Estado, la Población y la Empresa, que garantice la paz y el desarrollo humano integral de la persona y de la población local, regional y nacional. 

El texto del pronunciamiento es el siguiente:

PRONUNCIAMIENTO

MOROCOCHA EN EMERGENCIA SOCIAL

Como Arzobispo Metropolitano de Huancayo, me dirijo al Señor Presidente de la Republica, a los Congresistas representantes de la Región Junín, a la Presidencia del Consejo de Ministros, a los Ministros de Energía y Minas, del Ambiente, de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, al Presidente del Gobierno Regional y a la opinión pública para manifestar lo siguiente:

1.        Desde el inicio de la Mesa de Diálogo para el reasentamiento Poblacional de Morococha (agosto de 2009), la Iglesia ha acompañado este proceso, como facilitadora, en la persona del Arzobispo de Huancayo. Durante este largo diálogo se han dado luces y sombras, avances y retrocesos por buscar juntos la verdad, la justicia, el bienestar y el bien común de las personas.

2.        Sin embargo, ante el inicio de las operaciones mineras, compartimos la angustia por la situación social de vulnerabilidad, conflictiva e incierta, que aún viven numerosas familias de la población de Morococha. Nos preocupa, de manera especial, la situación de la población aún no reasentada.

3.        Por este motivo, exhortamos al Estado y a la Empresa Minera Chinalco, a un diálogo urgente con la población para que dicho reasentamiento se realice con una auténtica inclusión social y con el respeto irrestricto de los derechos humanos y la dignidad de todas las personas. Aquí cabe recordar el Art. 1º de la Constitución Política del Perú, que establece que el fin supremo de la sociedad y del Estado es el respeto de la Persona y su dignidad.

4.        Consideramos que la propuesta del Convenio Marco Unificado (CMU) es una oportunidad para construir una nueva ciudad con una sociedad que priorice el desarrollo humano integral y sostenible, social, económico, laboral, productivo y ambiental. Por ello, igualmente, exhortamos a que se suscriba, lo más pronto posible, dicho convenio entre la población morocochana y la Empresa Chinalco, para asegurar la ansiada paz social

5.        El papa Francisco ha afirmado que: “¡El dinero debe servir y no gobernar!. El Papa ama a todos, ricos y pobres; pero tiene la obligación, en nombre de Cristo, de recordar que los ricos deben ayudar a los pobres, respetarlos y promoverlos” (Discurso del 16 de mayo de 2013 a los nuevos Embajadores en la Santa Sede).

Ante la proximidad de la fiesta del nacimiento de Jesús, queremos expresar nuestra esperanza para que el Perú sea testigo de una armónica relación entre el Estado, la Población y la Empresa, que garantice la paz y el desarrollo humano integral de la persona y de la población local, regional y nacional. 

Huancayo, 11 de diciembre de 2013

✠Mons. Pedro Ricardo Barreto Jimeno, S. J.

Arzobispo Metropolitano de Huancayo