El arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, saludó la elección del papa Francisco y dijo en esta entrevista que como jesuita conoce al papa Francisco, con quien compartió experiencias pastorales, especialmente en la Conferencia del Episcopado Latinoamericano realizada en Aparecida, Brasil.

Manifestó que tiene muchas esperanzas en su gobierno petrino y está seguro que combatirá la corrupción. Aquí la entrevista.

¿Cómo recibió la noticia del nombramiento del Papa Francisco?

Estaba rodeado de cuarenta Obispos de los veintidós países de América Latina y El Caribe en una reunión en Bogotá. Era la hora del almuerzo y teníamos un televisor. Todos estábamos ansiosos de escuchar la célebre frase: ¡Habemus Papam! (Tenemos Papa).

De pronto alguien comunicó de la existencia del “humo blanco” indicando que efectivamente ya teníamos Papa. Era la 1.05 de la tarde. Conforme pasaban los minutos crecía la expectativa de saber quién era el nuevo Papa. Reconozco que nos mirábamos unos a otros y no sabíamos en quién pensar. Sólo sabíamos que ya teníamos al Sucesor de Benedicto XVI.

Recién después de una hora se comunicó que el nuevo Papa era el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, argentino y jesuita. No lo podíamos creer en un principio. Esperamos unos minutos y vimos por primera vez al Papa Francisco  con una sencillez y cercanía al pueblo que cautivó a todos, al pedir una oración por el Obispo emérito de Roma, Benedicto XVI y por él antes de dar su primera bendición “Urbi et Orbe” (a la ciudad de Roma y al mundo”).

¿Qué significa para América Latina el hecho de que sea Argentino?

El Papa Francisco  participó activamente en la V Conferencia Episcopal Latinoamericana celebrada en la ciudad de Aparecida (Brasil) en mayo del 2007 donde también participé. Allí el Cardenal Bergoglio fue elegido como el Presidente de la Comisión de redacción del documento final. Realizó este encargo con sencillez y firmeza logrando el reconocimiento de los Obispos participantes.

El primer Papa argentino es una señal de Dios del liderazgo de la Iglesia Latinoamericana en un proceso de evangelización a la luz del Concilio Vaticano II y de las orientaciones del documento de Aparecida que pone a la Iglesia del Continente en “misión permanente”. Además asume que la “opción preferencial por los pobres está implícita en la fe cristológica”. 

Hace unos meses, el Papa Francisco, al despedirse como Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina manifestó que “el CELAM se ha transformado en algo inspirador. La última Conferencia del Episcopado Latinoamericano en Aparecida (Brasil, 2007) es levadura de inspiración…, es un llamado a la creatividad, marca líneas de misionalidad. Ésta no termina con un documento como las anteriores conferencias sino que culmina con una misión. Eso es muy importante”.

¿Cuál es el mensaje de los cardenales al elegir a un Jesuita?

La elección fue fruto de la inspiración del Espíritu Santo. No se hablaba de él antes de iniciarse el Cónclave. Se le consideraba como un Cardenal mayor de edad. Sin embargo han elegido Papa a una persona humilde y sencilla. No gusta del boato externo. Más bien su apuesta por volver a Jesús, pobre y humilde. Y hacer de la Iglesia una “casa y escuela de comunión”. Como jesuita me alegra que el nuevo Papa sea un hijo de San Ignacio de Loyola que tiene como centro a Jesús y una entrega incondicional a la Iglesia.

¿Lo conoce?

Sí. En 1980 lo conocí por primera vez cuando estuve de visita en Buenos Aires. El Papa Francisco  era sacerdote jesuita, Rector del Teologado de San Miguel. Percibí en él a una persona afable y sencilla. Posteriormente ya de Obispo pude encontrarme con él en varios eventos eclesiales. Siempre sencillo y muy asequible. Hablaba poco y aportaba mucho cuando se le requería para bien de la Iglesia. En resumen puedo decir de él que es una persona de perfil bajo. Sencillo y firme. Estoy seguro que ayudará a la Iglesia a vivir con humildad y a quitar, de raíz, los rasgos de corrupción al interior de ella.

¿Qué opinión tiene de sus primeras palabras?

Cuando lo escuché en directo tal era mi emoción e incredulidad que no pude aquilatar la profundidad y sencillez de su mensaje. Me sorprendió gratamente que rezara por el “Obispo emérito de Roma”, refiriéndose a Benedicto XVI. Igualmente que pidiera al pueblo romano que rezara por él, como Obispo de Roma, antes de darles la primera bendición de Dios como Sucesor de Pedro. Pero especialmente me han marcado mucho sus palabras: “Y ahora, comenzamos nuestro camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias. Un camino de hermandad, de amor, de confianza entre nosotros. Recemos siempre por nosotros: el uno por el otro. Rezamos por todo el mundo, para que haya una gran hermandad”. En fin tanta riqueza y tanta sencillez que nos hablan de Jesús, pobre y humilde”.

¿Para el Perú, de qué manera ayudará su magisterio?

Estoy seguro que nos ayudará a todos a “amar con ternura, a practicar la justicia y a caminar humildemente con nuestro Dios” como nos lo dice el profeta Miqueas.

¿Es Defensor de la vida y medio ambiente?

Ha escogido el nombre de Francisco  en relación a la pobreza y sencillez, como signo distintivo de Cristo y de la Iglesia.  Además Francisco de Asís nos habla de la armonía de la persona con su entorno natural, del amor a la naturaleza como espacio de la familia humana que debemos cuidar y proteger. Si es referencia a Francisco Javier, el gran misionero jesuita, patrono de las Misiones, nos señala la dimensión misionera de la Iglesia en fidelidad al mandato de Cristo: “Vayan por todo el mundo y prediquen el Evangelio…”.

Su mensaje final:

La Iglesia católica continúa la misión de Jesús que había dicho: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia y el poder del mal no prevalecerá sobre ella”. Sólo en Dios ponemos nuestra esperanza. Caminemos alegres en el seguimiento de Jesús, como bautizados, miembros de la Iglesia.

Para nosotros, como Iglesia Arquidiocesana de Huancayo, debemos reafirmar nuestro compromiso de acoger y practicar la propuesta de renovación pastoral para la nueva Evangelización.

Con este regalo de Dios para su Iglesia que es el Obispo emérito de Roma, Benedicto XVI, y el actual Papa Francisco, el doscientos sesentaiséis Sucesor de Pedro podemos avanzar, con alegría y humildad, en el anuncio de Jesucristo “Camino, Verdad y Vida”.