Con una torrencial lluvia llegó el perdón y el Espíritu Santo al penal de La Oroya. El arzobispo metropolitano de Huancayo, monseñor Pedro Ricardo Barreto Jimeno, confirmó a ocho internos y bautizó a dos adultos y una menor. Una pareja que se casó el año pasado renovó sus promesas matrimoniales.
La ceremonia que se llevaba a cabo en el patio fue sorprendida con un fuerte aguacero que hizo replegarse al pastor y a los confirmandos en una pequeña carpa, bajo la cual, en familia, se celebró este sacramento hasta que pase el temporal. Es la primera vez que un acto así se realiza bajo la lluvia.
Monseñor Barreto dirigió un mensaje de esperanza cuando les dijo a los asistentes que el Señor les dice yo soy tu Dios, no tengan miedo, estoy para ayudarles y auxiliarles en los momentos más difíciles de sus vidas, como los que viven en la cárcel.
Les recordó que mientras otros buscan dinero, fama y títulos en otros dioses, ellos tienen la presencia del Señor en sus rostros, Dios está en medio de sus vidas, les perdona y renueva para ser mejores cada día.
Entre los confirmandos se encontraban personas que equivocaron el camino y cayeron en la tentación del tráfico de drogas y otros delitos que los llevaron a perder su libertad. Al final, cuando pasó la lluvia, el arzobispo posó para las fotos del recuerdo.
Monseñor Barreto visitó los talleres de carpintería y cerámica y agradeció el trabajo que realiza la Pastoral Social del Arzobispado y las autoridades penitenciarias, presididas por el director Denis Salazar Ordinola. Los internos pidieron la ampliación del taller de cerámica que lleva el nombre de monseñor Barreto, solicitud que fue acogida por la dirección del penal. El taller de carpintería también requiere de una compresora y una routeadora.
De igual manera, monseñor Barreto presidió la administración de sacramentos en el penal de varones de Huamancaca Chico, donde dirigió un mensaje navideño.